lunes, 10 de abril de 2017

Carme Chacón: dolor y conmoción política

MUERE CARME CHACÓN 

[Madrid, 9 de Abril 2017]

 Tassilon-Stavros

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 "Ofrezcamos entusiasmo a los seres perseverantes, y en especial eternidad a los que son eternos" [Heraclito]
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Quiero expresar mi despedida sin insistir en testimonios del ayer, sin medir ya ningún tiempo. Pero dejaré siempre entornado el postigo del recuerdo para que el ímpetu noble de ese corazón, que ahora ha dejado de latir en el ocaso de las horas, no pueda desvanecerse nunca en la sombría indiferencia del olvido.

A Carme Chacón, conciliadora de compromisos y devociones,  la  vida, como una dolorosa extenuación, le volvió la espalda de repente, en una casa silenciosa y cerrada. La muerte la ha querido a su lado, y nos queda la duda dolorosa de si habrá sido apacible y misericordiosa. Y ahora consternados, es difícil imaginar un presente sin ella. Nos ha dejado con una leve protesta de ternura porque no podía esconder que amaba este país sin resabios entre los tumultos del despecho. Son muchos, pues, los hombres y mujeres que le agradecerán y alabarán siempre tanto amor.

Y ya no tenemos más remedio que llorar porque perplejos hemos tenido que asistir, tras la víspera de su llegada a Madrid, a la dura servidumbre del peligro que acechaba su salud. Triunfó un despiadado diagnóstico, que ha dejado rota su maternidad. Si nos fuera dado vivir horas apócrifas, las pesadumbres del mundo aún palparían su fortaleza e inteligencia. Fue generosa, justa y luchadora. Puso elogio a la beldad de las grandes palabras. Lejos, pues, de ella las espadas viejas, que a veces se han blandido vengadoramente. 

Su sonrisa y su voz nos roció siempre de franqueza, atendiendo y entendiendo con generosidad y una irrepetible mesura fraternal, como mujer de raza e hija del pueblo que tanto amó, que había acertado en su verdadero designio de solidaridad con el duro mundo político. Ha sido una atrocidad más de la vida arrancarla a sus cuarenta y seis años de las sendas que encienden las emociones de los días por vivir, y que nos mantienen en una conciencia perfecta de que, aunque tantas veces nos turbe el oleaje sombrío de las dificultades, podamos reavivar, entre sueños plenos e inefables, las palpitaciones de una nueva vida compensadora.

He querido meditar sobre estas cosas, mientras como tantos de sus compañeros del "Partido Socialista Español y Catalán" [PSOE-PSC] la lloran frente el trance siempre desconocido, cruel, incomprensible de la muerte. Y ahora que la noche inmensa se ha apoderado de tu vida, yo quisiera que de todos los balcones de España, querida Carme, cuyo corazón herido guardaste en tu oculto jardín de entereza, descendiera una eterna lluvia silenciosa de flores. D.E.P.