sábado, 5 de julio de 2014

El Monstruo: Espíritu de la Crisis






Autor: Tassilon-Stavros








***********************************************************************************

EL MONSTRUO: ESPÍRITU DE LA CRISIS 

***********************************************************************************
El equilibrio y la sensatez de cuantos “logros sociales” restablecieron la dignidad de la Democracia y hasta cierto punto del Capitalismo se mueve, en efecto, entre cuantas intrigas avasalladoras y politiqueras se andan maniobrando entre bastidores bajo la “Inspiración del Espíritu Crisis”. El “emblema heráldico” sigue, pues, acumulando sus considerables rentas, sus “feudos dilatados” y se mantiene como espectador risueño de las luchas del pueblo que le siguen siendo ajenas. La “Mamá Justicia”, ésa que, jeje, velaba por nosotros, restaura los privilegios de la “Poderosa Familia Blanqueadora”. Y al pueblo se le llama “autoritario y agresivo” porque dicta condena en la calle. A la “Reconquista de los Adalides Políticos” les sobra de nuevo energía, y, sobre todo, ambición. Al gran compromiso socialista cuyas beneficiarias debieron de ser las instituciones democráticas, se le agitan, “patriarcalmente”, desde las altas esferas “ramos de olivo de paciencia y crucifixión” 


Y el “Monstruo” sigue dando pruebas de su debilidad por el dinero. El resultado final es “poner en fuga”, a través del miedo, aquellos “logros” que tantos esfuerzos nos exigieron. Sólo prevalece una solemne acogida que restaure la “Gran Crisis de un Capitalismo feroz y discriminatorio” que miente bendiciendo la “Esperanza del Pueblo”, y que no admite injerencia en los asuntos internos de sus “Negros”, dando “carpetazo y portazo” al fomento de nuestras libertades y desgranando la consabida letanía de que, si nos ponemos tontos con nuestras pretensiones, el resultado final será dejarnos morir a todos de inanición democrática y bienaventuranza social mientras las facciones de los “Magnates y sus Ordenaciones de Justicia Antisocial” reconquistan todas sus posiciones políticas, echan por la borda las necesarias “reconciliaciones”, y con su habitual despreocupación desligan su suerte de las del pueblo, que se queda sin valedores. 


Y siguen fomentando, en consecuencia, el confusionismo entre los ánimos exasperados, dejando como único alimento “una cesta de higos envenenados” a una nueva generación cuyo probable crimen fue quizás errar de nuevo en su “Cálculo Político”... No sé si me explico ni si habré cometido algún error táctico al desligar mi suerte como hijo del pueblo de la de algunos disgustados Catilinas que, pese a merecer proceso, (la culpabilidad está probada), han aprendido muy bien a disfrazar cualquier sospecha, y nos convierten a nosotros, pobres “muertos de hambre democrática e igualdad social”, en verdaderos responsables de todo “lo que ocurre”. ¡Ay, qué perpetuo chantaje!...