martes, 20 de marzo de 2012

Último sueño Jónico




 
 
 
 
 
Autor: Tassilon-Stavros
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
*************************************************************************************

ÚLTIMO SUEÑO JÓNICO


*************************************************************************************

Cuando el sueño me lleva hasta ti, te imagino como un simple capricho, un punto brillante, probablemente demasiado brillante, donde todo me sabe a tierra conocida, a aguas calientes, matinales y tiernas, sabedoras de perdidas inquietudes históricas sobre las que halconea el viento. Y ya de noche, cuando me interno en tus siglos, rindo mis fuerzas, y me guarezco en el silencio. Y vivo en tu pasado, tembloroso y nostálgico, entre un paroxismo loco y suicida que ciega mi entendimiento.

*

Jónico de mi cobijo, rito y milagro de mi conciencia evocadora, aliento andariego de un mundo que dejó su llave a mi puerta. Y cuyo umbral crucé alimentado de dulce abundancia, con mi lírica de forastero, mi luna egipcia, y mi carne resucitada en su hora despierta.

*


Cuando de nuevo mi afán corra libre como las olas y con mi esclavitud de niño escondido en el secreto, no dejes que me envejezcan los sueños. Que sean mis vigilias un alborozo en la orgía de tu luz. Volverá mi mirada humana a lo recóndito, y mi rejuvenecido alborozo de eterno discípulo a redimir, de Grecia, el nimbo categórico de su triunfo, y la imaginativa talla de sus dioses. Y el pregón de tus costas recobrará su mosaico de columnas, su júbilo de templos, sus escritos proféticos que alcen sobre la plenitud de los tiempos su tribuna. Sueño ritual que resiste los siglos, sabiduría del ímpetu que a la aniñada maternidad del mundo arrancó de su cuna.

*

Jónico de mi espera, bálsamos que ungen mis sueños, desnudo latido. He de volar hasta tu historia como las aves vuelan hacia el Nilo. Recuerda que tan sólo yo cuento los minutos. Y tú, amoroso faro, sabrás aguardarme. Mi retorno a mí mismo es siempre alcanzarte. Y que mi inquietud nostálgica no se quede atrás en el tiempo con su lento reloj de arena y sus granos diminutos.

*

¿Y tan pobres son tus sueños?, preguntarán los hombres irritados que reclaman, de estas lágrimas de mi obsesión, otros sentimientos. Ninguno adivina que del convite de tus orígenes nace una tentación. Un linaje que inspira el deseo. Un amor que halla dulzura en el presente, buscando refugio en tu pasado de exaltación. Jónico eternizado en mármoles o versos, emoción de humanidad que despertó rescoldos del fuego divino. Y por entre las humedades y aires de tus vertientes, sabio brebaje del que bebió Occidente. Académico reposo del sofista, lengua docta del ágora, tentador oráculo del peregrino.