jueves, 17 de septiembre de 2009

El Eremita II parte -II-





Autor: Tassilon-Stavros





*************************************************************************************


EL EREMITA II PARTE -II-


*************************************************************************************
Fuiste mi tiempo, cuando venías a mí con tus risas y galanías, y yo te recordaba que entre los jardines del siglo quedó mi templo en ruinas. Ahogado aquel tibio olor de los aires gloriosos de Oriente. Y que viajero fui en nuevas jornadas de congoja, cuando, tras el cansado pesar de mi cuerpo, buscaba la gracia amplia y emanadora con la que tú me llamaste...


¿Por qué tramó engaños tu linaje de sirena, y hallé en el gozo de amarte desmesuras dañinas?


Fuiste mi tiempo, cuando venías a mí con tu aroma de boscaje lujurioso, y yo te recordaba la antífona de mi apasionado salmo que guardé entre mis mármoles carcomidos. Aquéllos que ahora duermen junto a las palmas gentílicas de mi vicioso río. Y que devoré precipicios por gozar de tus gracias cortesanas, muriendo a cada instante cuando me faltaban los fuegos libertinos que me insuflaran los matices purpúreos de tu carne...


¿Por qué alimentó espinas tu rosal voraz de ninfa, y hallé en tus besos vera y desierto de deseos adormecidos?


... Y ya siempre te velé, esperándote. Horas de dolores y placeres, ¡sirena fuiste de mis noches solitarias! Y ahora tu recuerdo guardo en la hora de mi postración. Vano anhelo. Ocaso alegórico de mi pasión, que ahora se pierde en la era infinita de tus mares. Y en tu playa sigo, desde donde yo te observaba...


Si volvieras a mí... Pero oír no quieres mi planto limosnero. Y yo aún espero la mañana, aunque se cierren mis ojos por el sueño. ¿No me conoces? Soy tu eremita, que perdido quedó en su rojo ocaso, ahora desbordado en un reproche inútil hacia ti, sirena huida que no ha de regresar, lirio sobre la cresta de las olas que yo tanto amaba...