sábado, 27 de diciembre de 2008

El Eremita II





Autor: Tassilon-Stavros
 
 
 
 
 
 
 
 
 
****************************************************************************************

EL EREMITA II

****************************************************************************************

Yo, una vez, sabio de tus sueños fui... Y aunque, ahora solitario, deje que mi ocaso se vaya inútilmente en la marea, fuerza independiente de mi ser, ni tu mundo olvidé ni en el recuerdo de mis viajes te perdí...

Sea, pues, todo tuyo el honor, danza llorosa de mi sangre, llamarada de tus mil antorchas.
 

 

Y ante tu arrobada y callada sonrisa, isla vislumbrada del poniente, como los pájaros del mar vuelven a sus nidos, habré de cruzar de nuevo tus prados y colinas. Y tú, isla de mi arrullo, oasis de mi postración que tu incienso cándido embalsama, aguardarás las relucientes velas de mi nave, cielo y sueño, que hasta ti vuelan distendidas.



Yo, una vez, gallardete de tu oro fui... Y aunque, ahora solitario, deje que mi último vislumbre se embarque entre la melodía esclava de la noche, cansancio furtivo de mi mendiga ancianidad, en tu claridad inmaculada me aprisioné y de tu pórtico adornado jamás huí...

Sea, pues, toda tuya la copa de mis juramentos, y que llamen a tus puertas mis velos impacientes del mañana.
 


Y ante tu guirnalda, isla encendida de estrellas, como jirones de sudario que mis sueños sajaron, habré de alzar de nuevo la vehemente persuasión de mis cánticos enajenados. Y tú, isla de mis rutas, niño que ignora de donde provienen los sueños, descubrirás mi nave, que hasta ti arrastra su liturgia, nube y rocío, pregón de mi júbilo, parábola de mis cansancios mitigados.